martes, junio 27, 2006

V Región, ¿Región Gastronómica?

Me encantaría poder corroborar el título de esta columna, pero lamentablemente no puedo.
Han surgido algunas voces las cuales han catalogado a una comuna de nuestra región como la capital gastronómica de Chile, yo me pregunto ¿Cuáles son los estádares para afirmar esto?
En la práctica no existen, ya que calidad no se posee, los platos que se ofrecen carecen de originalidad y básicamente todos ofrecen lo mismo.
Ahora no es que me vaya encontra de esta comuna de la V región, si no, que quiero acercarlos a la realidad, ni siquiera los reaturantes más emblemáticos de la ciudad jardín, por estar en un lugar privilegiado, poseen gran calidad en sus cocina ni en su servicio de salón.
Es una pena que los dueños de restaurantes no vean la carrera de cocinero con respeto, un ejemplo de ello son los miserables sueldos que se pagan, y para que hablar de las condiciones de trabajo, muchas veces se tiene que luchar con la poca higiene que existe en estos lugares los que generalmente están invadidos de plagas, ó en donde ni si quiera existe un lugar decente donde cambiarse de ropa.
Es la realidad de los restaurantes de la V región, ahora tampoco son todos, pero sí la mayoría.
Aun no entienden que para trasformar a nuestra región en una capital gastronómica, hay que invertir.
Es una lástima que las autoridades pasen por alto esta situación. Un ejemplo de esto, es que en
Valparaíso, en el nuevo centro gastronómico de la vanguardia porteña culinaria-Cerro Alegre y Cerro Concepción- se autorice a jóvenes empresarios, muchos de los cuales se deben encalillar en préstamos, a realizar transformaciones a casas para transformarlas en restaurantes y luego , una vez hechas estas inversiones , se les niegue las patentes para abrir.
Para que hablar de los permisos, que parcen sacados de una película de terror, en donde cada papel, da miedo tramitarlo.
Es un hecho que las fiscalizaciones, ya sean sanitarias o municipales son necesarias, pero, para todos por igual, la mano dura no debe ser sólo para los comienzan, si no también, para los que tienen tradición, ya que es ahí en donde se encuentra la mayoría de las falencias.
Con todo esto, y en la condición de docente del área de gastronomía, seguiré recomendando a mis alumnos, lamentablemente, emigrar a lugares donde la cocina sea dignificada, y en donde puedan poner en práctica lo aprendido, y el sueldo que ganen les alcance para vivir dignamente.
Publicado el 9 de Junio del 2006
Revista C
Diario El Observador de Viña del mar

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